Las
mujeres se desempeñan con eficiencia en las distintas actividades producto de
una buena base, que tiene como buen referente la formación como ciudadana, como
servidora hacia el prójimo. Los distintos escenarios donde se realizan
actividades dan para eso y mucho más, pero en la actividad deportiva se hace la
posibilidad de que los actos sean sanos, de progreso de sentirse bien en
función del aporte que se hace en una realidad desde los adentros. Las emociones
no llegan solas, estas se pueden disfrutar, y controlar de acuerdo a la
necesidad de cada quien, pero teniendo presente ese aporte que sin proponérselo
se sigue entregando, ya que es algo que se lleva consigo, y en ese sentido es
lo que puede señalar de la anotadora futsalonista Dalia De Urquiola.
Casi
dos décadas como anotadora en la mesa de control del fútbol de salón en el
estado Bolívar, Dalia pudo observar que existen algunos espacios, donde se
tiene la idea que hay una línea fronteriza, ahí convergen algunas personas
dentro de las actividades del extenso mundo de las actividades deportivas, eso
lo puedo observar la protagonista de hoy en el fútbol de salón. Árbitros, y
jugadores se trataban con respeto en todos los escenarios donde coincidían, y se
esperaba el momento indicado para la correspondiente respetuosa conversación.
La responsabilidad siempre estuvo acompañada de la disciplina en cuanto al
desempeño en la mesa de control por parte de la anotadora Dalia, donde estaba
más pendiente de acompañar al árbitro de turno, ya que las acciones ajenas al
juego no tenían cabida en su desempeño.
Paralelo
a su dedicación al fútbol de salón, Dalia también formó junto a su esposo a sus
tres hijos quienes llevan por nombre Kuen Albert, Kaisver, y Judaly, todos unos
ciudadanos profesionales, y con una historia propia dentro del futsal. Su
pasión de anotadora en el “futbolito”, fue siempre porque para ella es lo más
parecido a otra actividad, que le gusta mucho como es estar entre lápices, y
cuadernos escribiendo y formando. Además, Dalia siempre apoyó a quienes estaban
dispuestos a formarse como árbitros, pues, tenía una experiencia de conocer a
los fundadores del arbitraje en ciudad Guayana. Comenta que el futsal es el
deporte, donde están los árbitros más elegantes al momento de impartir dentro
del rectángulo de juego, y lo pudo comprobar en primera línea con la
participación de su esposo como árbitro de la Comisión Regional del Estado
Bolívar.
La anotación en la mesa de control es una de las
actividades más linda, que tiene el fútbol de salón, pero se requiere de una
responsabilidad, como la que demostró Dalia De Urquiola en el tiempo que le
dedicó al deporte de mayor práctica. Luego de haber dejado de estar como
anotadora en la mesa de control, ella siente que jugadoras, y jugadores la
siguen tratando con el mismo respeto y ese trato le permite añorar el fútbol de
salón en sus inicios en Guayana, pero sobremanera en San Félix. Lo antes dicho
forma parte del cultivo de valores, que se puede efectuar en los distintos
espacios, donde se realicen las actividades sean estas deportivas o sociales
cualquiera sea su característica. Desde los presentes espacios, quien suscribe
honra haber compartido con Dalia De Urquiola los distintos escenarios dentro
del fútbol de salón. Amigas lectoras, y amigos lectores, muchas gracias por el
tiempo que dedican al presente espacio, nos leemos en una próxima oportunidad.
Para contactos en Facebook: José E. Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia)
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