SOY JEFE O SOY LÍDER

El desempeño de algunas personas que dirigen equipos de trabajo lo hacen ver de distintas manera como personas, y en el carácter que desempeñan como director del personal al cual le ordenan las pautas de las distintas actividades; algunos desean que se les vean como líder, otros desean verse ellos mismos como líder desde sus adentros. Ambas situaciones no son fáciles de conseguir, pero para ello se debe trabajar desde lo interno de cada quien, de cada persona, de cada oportunidad para superarse así mismo en cuanto a las actividades que realiza. No se tiene con quien competir, ya que dicha competencia es consigo mismo, que es a quien se debe superar. ¿De quien soy jefe, de quien soy líder? Una interrogante de dos variables que nos ayuda a saber donde realizar la ubicación.

Por lo general un jefe puede ser desde el número uno de una organización, hasta quien dirige una cuadrilla, un grupo, un equipo deportivo cuya intención es cumplir con un objetivo por lo menos, y que además te permita obtener lo necesario para llegar a la meta que se han trazado en el proyecto inicial. Como todo, tiene sus partes y enlaces positivos, los cuales puede hacer el sentirse cómodo como jefe para algunas personas; además las personas pueden llegar a tener actuaciones autocráticas, así como también las disposiciones de sólo ordenar lo que debe hacerse en cada oportunidad que como jefe lo disponga. Alguien pudiera decir: ¡que bueno es ser jefe!

Ser líder es lo fundamental para una parte importante de nuestra sociedad, ¿líder de quien y para quien? Es una interrogante importante cuya respuesta la tiene cada uno de las personas con interés de sentirse mejor en cada oportunidad. En primer lugar se debe ser líder para si mismo, y eso tiene una amplia ventaja ya que esa decisión lo puede conllevar a realizar los mejores trabajos como equipo. El líder siempre indica el camino a seguir, pero no por querer imponerlo, sino por ser el ejemplo a seguir dada su manera de formarse para si mismo. El líder, no impone, no manda, no indica, él sólo es uno más de la organización y no necesita ser el número uno de alguna organización, no dirigir en ningún sector, sencillamente el líder es el ejemplo de toda una sociedad, sea ésta grande o pequeña.

Los equipos de trabajo que tienen un líder siempre llevan ventaja en cuanto a trabajar como equipo, y esto lo puede con llevar a realizar mejores preparaciones. Tomo las palabras del gran Michael Jordan, quien en una oportunidad expresó que “el talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos.” Una frase inspiradora de alguien que motivó a muchas personas a seguir adelante en las actividades deportivas y otras actividades, donde el liderazgo es fundamental para salir adelante en función de lograr los objetivos, y alcanzar las metas. Amigos, y amigas lectores gracias por tan agradable encuentro en este su espacio favorito, no leemos en otra oportunidad, y para contacto @joseceden. 

 

UN BUEN ÁRBITRO

Son muchas la variables que se deben despejar para caracterizar entre ser árbitro, y ser un buen árbitro.
En todos los deportes se tienen los dos tipos de árbitros señalados con anterioridad; sólo que son contables los que en realidad hacen la posibilidad de ser un árbitro, que actúa como un buen árbitro en los escenarios que le corresponde, y que no olvide el papel que representa en los deportes en los cuales se desempeña como tal. Desde el punto de vista de quien suscribe la presente columna es fundamental que quien aspire desde el punto de vista de la actuación dejar de ser un árbitro, y convertirse en un buen árbitro debe hacer un pequeño esfuerzo en función de tener presente: los estudios; los valores; buena forma de hablar; salud; recreación; entrenamiento y practica. No quiere decir que lo expresado en el presente espacio no le falte algo, que pueda ser un ingrediente que ayude a quien practique el arbitraje pueda convertirse en un buen árbitro.

Ante una pequeña consulta sobre las características que debe tener un buen árbitro las más sobresalientes fueron: la condición física, ética, autocritica, respetuoso, honestidad, y capacidad de relacionarse; cada una de las características antes señaladas pueden tener varias miradas, pero por ahora es necesario dejarlo como base para que cada quien se haga su propio autoevaluación en función de que cada persona diga para si mismo si es un árbitro o un buen árbitro. Tomando prestadas las palabras del estudioso Serrano Ruiz-Calderón, quien manifestó que “la práctica del arbitraje da pautas para reflexionar sobre lo que significa ser un buen arbitro que debe consistir en alcanzar los fines del arbitraje,” pero que sin dudas para ello se debe hacer la correspondiente preparación.

Cuando se indica lo relativo a la preparación, la misma también debe tener presente la que se realiza desde los adentros, aquella que necesita del mejor de los acompañamientos para salir airosos en cada una de las presentaciones, no sólo en trote algunas veces, ni aprenderse el reglamento sin el estudio correspondiente es suficiente para avanzar hacia el importante camino de convertirse en un buen árbitro. Hace falta quien hace cumplir el reglamento de las competencias en los deportes, pero deben convertirse en los mejores, en aquella persona que motiva a los demás a seguir el camino de la formación en todos los sentidos.

Es necesario que se observen distintas lecturas en cuanto al árbitro que quiere ser cada persona que se haya dedicado al arbitraje; quedarse donde está quizás no sea la posible solución como integrante de la actividad deportiva donde se desempeña, avanzar un poco más es posible que ayude en mucho. ¿Pero usted quiere ser un árbitro, o un buen árbitro? Esa persona que en la actividad deportiva no se necesita que sea el actor principal, y pase desapercibido en su accionar cuando está en la actividad deportiva. La respuesta es de cada quien, y tiene muchas oportunidades para si mismo. Amigos lectores, y amigas lectoras gracias por la oportunidad de cada encuentro, y nos leemos en la próxima. @joseceden.