El fútbol de salón es una
actividad que debe utilizarse para la transmisión de los valores positivos;
pero es necesario reconocer que no siempre es de esa manera, que en algunas
ocasiones sucede lo contrario por parte de sus protagonistas. Ciertamente todo
dependerá de la persona en cuestión y no propiamente del fútbol de salón, el
cual puede utilizarse para favorecer el trabajo en equipo o para hacer creer a
los árbitros situaciones distintas a las sucedidas. El estudio de los valores
algunos expertos lo definieron, como criterios que las personas utilizan para
seleccionar y justificar sus conductas, así como para evaluar a las personas y
las situaciones.
Es decir, que alguien
evalúe a las personas, lo que le sucede y sus conductas en función de los
valores que tiene. Pero es necesario hacer saber, que el sólo pensar en si
mismo, existe la posibilidad que se escapen algunas conductas egoístas, que
pueden determinar la aceptación o no de ciertos jugadores del equipo; pudiendo
esto conllevar futuros problemas y mal funcionamiento de tan importante núcleo
del club. De tal forma, que es de mucha importancia, que se aplique un sistema
de valores positivos, para que determinado equipo se desarrolle de la mejor
forma. Los entrenadores de mucho éxito tienen integrados estos valores a su
persona y lo trasmiten a su equipo, marcando estilo y diferencia; además tienen
una forma muy particular de observar el juego y de interpretarlo.
Sin duda, que los valores
condicionan sentimientos y actuaciones de las personas, pero los mismos deben
servir para impulsar lo positivo. Algunos de los valores que los entrenadores deberían
transmitir a sus equipos son: Trabajo: Desarrollando este valor el entrenador y
su equipo deben hacerlo con mucho esfuerzo y cuidar todos los detalles. Justicia:
Se debe entender esta, como la búsqueda del bien común y la armonía entre todos
los integrantes del equipo. Autocontrol: En algunos momentos de la competencia
se pierde la compostura. Se debe mantener las emociones bajo control, y esto
permitirá dar varias lecturas a la realidad. Entusiasmo: Si el entrenador
disfruta plenamente de su trabajo, el mismo resulta contagioso a todos quienes
están a su alrededor.
Además de liderazgo,
cooperación, humildad, comunicación, valentía, motivación, espíritu de equipo,
confianza, y grandeza competitiva. Valores que conllevaran a identidad de
equipo, y que junto a los conocimientos del entrenador, se estará bien cerca
del éxito deseado. Amigos lectores hasta una nueva oportunidad y para contactos
@joseceden.
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