En
muchas ocasiones observando los efectos de algo se puede llegar a conocer las
causas que lo generaron. De lo escrito anteriormente se tiene mucho fundamento
en los deportes, y esto se puede observar a diario en los atletas de los distintos
niveles de las competencias, sean estas de carácter individual, o por lo
desarrollado en las competencias de equipos. Quien suscribe la presente columna
ha podido escuchar en muchas ocasiones a Otilia (mi mamá) que dice: “mira hijo
por algo suceden las cosas.” Ciertamente tiene mucha razón, ya que, si se hace
un análisis de los sucedido, se podrá conocer del porque de los resultados,
En
un una oportunidad observando un juego de fútbol de salón, escuché conversación
de unos aficionados, los cuales se referían a los guayaneses Axxel Fuentes y
Nelson Méndez entre ellos se dijeron: “caramba
que suerte tuvo el portero Axxel, tu viste como impidió ese gol en el último
instante de juego”. Mientras el otro le ripostaba: “no chico, mas suerte tiene Nelson, observaste como ese balón se le
quedó enganchado en el pie para hacer ese gol”. También de la mirandina
Marinel Arguinzones, portera de la selección de fútbol de salón de Venezuela,
escuché desde unas tribunas, que alguien dijo de forma muy expresiva, “que suerte tiene esa portera, como logró
anotar ese gol”. Esto que se recuerda ahora, de esta terna de salonistas,
hace la posibilidad de escribir con relación a lo que creen algunas personas
sobre los resultados que se obtienen de las competencias, o lo que logra
alcanzar algún atleta. Son muchas las horas que se emplean en los
entrenamientos, como para decir que un deportista en competencia tiene suerte.
“Yo creo bastante en la suerte. Y he
constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo”. Son palabras
del expresidente de los Estados Unidos Thomas Jefferson; no se necesita de
mucho análisis como para entender lo anteriormente citado. El autor de la
presente columna tiene la seguridad, que si no hay disciplina detrás de cada
propósito es imposible conseguir los resultados planificado por cada equipo de
trabajo. Que el talento cuenta, es verdad, pero si se suma la disciplina a
éste, ya se tiene en gran medida lo que se espera. No es casualidad que en el
último momento se anoten goles, o se impidan los mismos a los equipos
contrarios; todo es producto de la
causalidad, que se ve reflejada en todo cuanto se hace para llegar a la
cúspide. Si nos detenemos a observar, lo que hay detrás de los deportistas y
sus equipos de trabajo para conseguir los objetivos, probablemente no se
hicieran juicios a favor de la suerte de los deportistas. Amigos lectores para
contactos @joseceden.
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