Si
bien es cierto que el fútbol de salón ha crecido de una forma desenfrenada,
también es verdad que muchas personas lo han tenido como buena referencia para
proyecto de vida, y lo mejor es que lo defienden como si el deporte del siglo
XXI fuera parte de la familia. En fin de cuentas es bueno, que el Futsal se vea
de esa forma.
Casi
todos los estados de Venezuela tienen una asociación que rige en cada región el
futbol de salón. Aun cuando no es parecido en las distintas localidades de cada
estado, eso no ha sido limitante para que el futbolito no se juegue de forma
organizada en cada ciudad o población venezolana. Los niños, los adolescentes,
los adultos, los adultos mayores de ambos sexos hacen la práctica
correspondiente del deporte más practicado del país. También existen las
variantes de que lo practican en las competencias de los trabajadores, de los
estudiantes, de los indígenas, de los profesionales, también en ambos sexos.
Lo
anteriormente manifestado es una muestra de que en la alfombra que ofrece el
fútbol de salón, todos podemos estar sobre ella sin ningún inconveniente; al
contrario, con la comodidad que ofrece estar en ese espacio tan rico y amplio
de posibilidades, cada uno de sus actores, donde cuentan los jugadores, los
árbitros, los entrenadores, los dirigentes, el público, los profesionales de la
comunicación, y el empresariado que en ocasiones aporta con la intención de que
el Futsal y su gente sigan creciendo en el mejor sentido de la palabra.
Sumemos,
defendamos lo nuestro e impulsemos la carreta de este deporte que bien es
referencia. Parafraseando a Juan Vene, es necesario agregar que el deporte une
a la gente, y el nuestro no será la excepción en ese sentido. Hagamos de
nuestra actitud un eslabón que haga las mejores cadenas en cuanto a su
fortaleza, para el desarrollo de nuestra gente. Amigos y amigas muchas gracias
por la lectura, nos leemos en el próximo contacto de la Gran Jugada. @joseceden.
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