martes, 4 de octubre de 2016

FÚTBOL DE SALÓN MOVIMIENTO Y VIDA.


Desde hace algún tiempo el deporte de mayor práctica en el país ha estado bien movido en todas sus estructuras; de una u otra manera el fútbol de salón se ha hecho sentir. Para algunos no es la forma que esperan o a ellos no le parece; son múltiples las opiniones que se extienden en el amplio mundo de las redes sociales. Algunos emiten opiniones bajo algún seudónimo, como para no comprometerse con lo que dicen; otros lo dicen de forma abierta, solo que sus letras o frases no cumplen con la veracidad correspondiente. Otros más osados opinan hasta con groserías, bajo una justificación de que así son ellos. Olvidan que son personas naturales con personalidad pública; además que lo que ellos escriben está al alcance de ser leído por niños y adolescentes; quienes son los más frágiles de nuestra sociedad y necesitan de nuestro ejemplo de manera permanente.

No debemos ampararnos en la libertad de expresión para decir cualquier sarta de groserías. Deberíamos hacer lo contrario para dar a conocer lo elegante de nuestro deporte y sus protagonistas. Es necesario dibujar con la palabra escrita, cuanta belleza existe en el deporte del presente siglo. Aun cuando la mayoría sabe que nuestro deporte no tiene competencia, ni iguales, es necesario que se siga diciendo pero con fundamento, ya que seguimos formando personas de generación en generación. Debemos dar el ejemplo y unirnos en los colores de las tarjetas, que son los mismos de nuestra bandera en el caso de Venezuela.

Estas líneas mucho costaron para hacerlas una realidad, ya que la belleza arquitectónica que desempeñan los y las salonistas en el rectángulo de juego, alcanza para mucho resaltar; pero no quedó de otra, y ya es una realidad. Del resto es una necesidad colocar control al teclado en función de que hagamos lo humanamente posible por resaltar lo mejor de nuestra gente; y lo que haya que reclamar o corregir se haga de la manera correspondiente. Podemos demostrar que si es posible resaltar lo nuestro; el cambio comienza por nosotros mismo y podemos hacerlo; nuestro ser lo exige, lo reclama, y lo mejor es que lo escucha. Para contactos @joseceden.

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